Lo primero que nos llamó la atención fue el espacio: diáfano, acogedor, cálido, familiar... después,
dos grandes profesionales en la tarea de educar y criar pequeños en su primera infancia nos explicaron la metodología que se utiliza en “la escuelita”, fomentando la autonomía de los niños y dando mucha importancia al juego como base de su desarrollo.
Antes de que la niña comenzara sus días sin nosotros en Pian Pianito, se nos dio la oportunidad de tener unos momentos con ella allí, para que se habituara al espacio y a las educadoras, algo que agradecimos infinitamente, pues el día que por fin la dejamos “sola”, no extrañó el lugar y la despedida no fue nada traumática.
Tras casi un año de asistencia, la evolución de nuestra hija es muy evidente, y nosotros nos sentimos muy acompañados por Loly y Naihara en cada cambio que experimenta la peque. Sin duda, la alegría con la que asiste cada día es para nosotros la mejor garantía de que elegimos el mejor lugar posible para ella.